Necesidad urgente de estabilidad en África
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Necesidad urgente de estabilidad en África
24.06.2004
La era del colonialismo directo tocó a su fin en África gracias a los fundadores del África moderna. Su liderazgo ininterrumpido ayudó a consolidar la independencia de los estados africanos. Sus esfuerzos también culminaron en la creación de la Organización de Unidad Africana.
Se éxito en alcanzar esos logros se debe a que no fue como resultado de elecciones que asumieron su posición de liderazgo y siguieron teniéndola. Por lo tanto su liderazgo no estaba supeditado a un plazo fijado por el ciclo electoral. Más bien, su jefatura constante se basaba en la legitimidad de la lucha de toda una vida.
Los líderes africanos liberaron a sus pueblos del yugo del colonialismo y de la dominación de sus lacayos. Las potencias coloniales conspiraron contra ellos con el fin de poner fin a su liderazgo y abortar el programa de emancipación. Así, Nkrumah y Keta fueron derrocados. Lumumba fue asesinado.
A continuación siguió una nueva era, la de una serie de golpes de estado. África perdió su estabilidad. Se dio prioridad a las preocupaciones de seguridad de los regímenes militares en el poder, por encima del desarrollo social y económico.
La tercera era en el desarrollo político de África es la de elecciones con multiplicidad de partidos. Este sistema fue importado del occidente colonial. Se les impuso a los africanos como condición para recibir asistencia económica. Esto sumió de nuevo a África en una fase de inestabilidad. Las elecciones se convirtieron en otra forma de golpes de estado.
La única diferencia es que los golpes son de naturaleza militar, mientras que las elecciones son de carácter civil. Como resultado del principio de la rotación en el poder, ningún líder político pudo completar su programa de dessarrollo socioeconómico.Hacer tiempo hasta el final de su mandato se convirtió en característica de los líderes políticos africanos elegidos.
La actual fase de rebeliones es resultado directo de las elecciones. Los líderes elegidos son derrocados antes de que termine su mandato constitucional. No siempre se aceptan los resultados de las elecciones. Los problemas tribales, regionales y fronterizos explotan cuando hay controversia por los resultados de las elecciones. Las experiencias de Liberia, Costa de Marfil, Santo Tomé y Príncipe, África Central, Chad, Sudán y Argelia, son ejemplo de ello.
Algunos líderes llegaron al poder como resultado de revoluciones o guerras de liberación. Adoptaron programas revolucionarios y progresistas para cambiar la faz de las sociedades africanas. Una vez que cayeron en la trampa del juego impuesto de las elecciones multipartidarias, sus países fueron privados de la oportunidad de llevar a buen término esos programas revolucionarios porque los líderes perdieron su cargo en las elecciones. Los ejemplos abundan, como los de Zimbabwe, Mozambique, Sudáfrica, Namibia, Uganda, Etiopía, Eritrea, Burkina Faso y Senegal. Es larga la lista de líderes que realmente deseaban lograr un progreso serio.
África necesita con urgencia la estabilidad política. Se ha demostrado, sin lugar a dudas, que el sistema de rotación en el poder no ha traído ni traerá la estabilidad deseada. Sin estabilidad política no se puede poner en práctica ningún programa estratégico de transformación económica.
Entre los elementos esenciales de estabilidad se encuentran el papel constante y estable del liderazgo político y la existencia de un marco de referencia política, social y jurídica. El mundo occidental goza de esos elementos de estabilidad. África copia al occidente al tiempo que sufre de una grave falta de esos elementos. Las monarquías occidentales no gobiernan.
Sin embargo constituyen un marco de referencia indispensable, sobre todo en tiempos de crisis. En donde no existen esas monarquías, el marco constitucional de referencia , incorporado en los tribunales supremos, cumple con esa función. La ley garantiza el pleno respeto y cumplimiento de los fallos de esos tribunales. En África no existe ese tipo de instituciones. Donde existen , es sólo de forma y no de fondo.
En África debe haber una profunda reflexión, a todos los niveles, con el fin de encontrarle solución al dilema de la estabilidad y del marco de referencia.